Estimulantes

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El Basuco

Es la droga más mortal que se ha inventado, puede destruir la vida de un joven en menos de dos años. El BASUCO, es el residuo o bagazo que queda de extraer la cocaína base.
El BASUCO contiene hidróxido de sodio, un gran cáustico que destruye la piel y las mucosas; residuos de hidrocarburos, como gasolina roja, que contienen hipo xileno y tolueno que destruyen el hígado; cemento blanco; insecticidas con altos niveles de arsénico que afectan las mucosas gástricas y respiratorias; solventes (acetona) y disolventes; ácido sulfúrico, que destruye cualquier tejido orgánico; ácido benzóico; anfetaminas; lidocaínas; soda cáustica; herbicidas; ladrillo molido; plomo; permanganato de potasio, cloruros entre otros. El basuco es la sustancia sicoactiva mas sucia que se consigue en Colombia y las sustancias con las que se fabrica, son de la peor calidad.

El BASUCO produce destrucción del tejido cerebral en forma IRREVERSIBLE, PERDIDA DE LA MEMORIA. Se inflaman las encías y los dientes se ablandan hasta producirse su caída.

El humo al ser inhalado produce quemaduras en el árbol traqueal y bronquial con pérdidas de las defensas naturales del pulmón, inflamación del tejido hepático, perturbando el metabolismo del organismo. Hepatitis sin síntomas externos, insomnio, agotamiento, depresión permanente, paranoia, agresividad, vejez prematura e impotencia sexual. El basuco destruye todas las mucosas orgánicas produciendo irritación bronquial y traqueal, neumonitis química, edema pulmonar, excitación y depresión del sistema nervioso central, y al final convulsiones y muerte.

Una papeleta de basuco contiene solamente 0.5 gr. de cocaína, esto hace que sea necesario consumir una mayor cantidad de papeletas de basuco para sentir el estímulo de la droga, aumentando de esta forma los daños en el organismo, ya que el contenido real de droga es mínimo con respecto a la cantidad de agentes destructores contenidos en él. De un gramo de cocaína se produce un kilo de basuco.

La Cocaína

La pureza de la cocaína comprada en las calles de Colombia es menor que en muchos lugares del mundo, está alrededor del 30 %, mientras que en España, por ejemplo, se estima la pureza en 40 ó 60 %.

Una muestra de cocaína en un laboratorio dió el siguiente resultado: Cocaína 23%, Leche en polvo 27%, Manitol (diurético) 11%, Azúcar 25%, Lidocaína o xilocaína 14%. En otra muestra se encontró ácido acetilsalicílico en un 20%. Los anestésicos, almidones y azúcares son incorporados a la cocaína para producir el adormecimiento de las mucosas y efectos parecidos a la cocaína base, en tal forma que le sea imposible al consumidor, saber qué es lo que realidad inhala.

ANFETAMINAS

DATOS GENERALES

L. Edelano sintetizó por primera vez las amfetaminas en 1887. Pero hasta 1920, queriendo hallar un sustituto sintético de la efedrina, fue cuando Gordon Alles descubrio que el compuesto original de Edeleano, sulfato de amfetamina y su destroisómero, aún más activo, el sulfato dextroanfetamínico, poseían la capacidad de estimular el sistema nervioso central. En 1931 comenzaron a estudiarla en laboratorios farmacéuticos de los Estados Unidos y cinco años después, durante la Ley Seca, Smith Kline & French, la empresa farmacéutica que adquirió las patentes de Alles, la introdujo en la práctica médica bajo el nombre comercial de Benzedrina® (bennies para los asiduos). Casi enseguida salió al mercado su isómero más activo, la dextroamfetamina comercializada como Dexedrina® (dexies). Después de su inclusión en las listas de Sustancias Controladas, ambos tipos de amfetamina aparecieron en el mercado negro norteamericano bajo apelativos relacionados con sus efectos subjetivos tales como speed (velocidad) y uppers (activadores).

Denominación

La palabra amina se deriva de la palabra amoniaco. La amfetamina C9H13N, significa a(lfa) m(etil) f(enil) et(il) amina.

QUÍMICA

Identificación

Tanto en el mercado legal como en el ilícito se expenden en soluciones inyectables incoloras o amarillentas, en forma de polvo blanco o en tabletas y cápsulas de 10 a 15 mg. Strasenburg la ofrecía como Bifetamina T®, Smith Kline & French con los nombres de Benzedrina®, Dexedrina® y Dexamil® que es una combinación de dextroamfetamina y amobarbital. En México, Rey-Mol ofreció amfetamina como Obocel Complex®, y Warner Chilcott y Medix comercializaron dextroamfetamina como Lucofen® y Redotex® respectivamente. A nivel internacional, Abbot Laboratories, vendía hidrocloruro de amfetamina bajo el nombre comercial de Mezedrina® hasta antes de su control internacional, hoy se encuentra en algunos países bajo el nombre de Desoxin® y Desbutal® cuando se encuentra combinado con pentobarbital sódico.

Las anfetaminas son un grupo de compuestos orgánicos del nitrógeno que pueden considerarse derivados del amoniaco.

Formas de adulteración

Adquiridas en establecimientos farmacéuticos se encuentran puras. En el mercado negro pueden estar adulteradas con efedrina, cafeína o fenilpropanolamina, acompañadas de talco, gis, etc. Su aplicación intravenosa es casi un suicidio teniendo esto en cuenta.

FARMACOLOGÍA

Mecanismo de acción y formas de empleo

Aunque lo más común es su administración oral o nasal, la amfetamina también puede ser inyectada por vía intravenosa. Si ha sido ingerida oralmente sus efectos comienzan alrededor de los 30 minutos y pueden prolongarse hasta por 10 horas; si ha sido inhalada o inyectada los efectos son prácticamente inmediatos aunque duran menos.
Esta droga se absorbe bien a través del tracto gastrointestinal y se distribuye rápidamente por todos los tejidos y líquidos orgánicos alcanzando altas concentraciones en el cerebro y el líquido cefalorraquídeo. Al ser una amina simpaticomimética actúa como agonista en los receptores de adrenalina y noradrenalina inhibiendo su recaptura y provocando un efecto prolongado de estimulación en el SNC. Afecta el hipotálamo, sitio donde se localizan los centros reguladores del hambre y la saciedad ocasionando falta de apetito, y se cree que interactúa también con los transportadores responsables de la captación de dopamina y 5-HT.

Usos terapéuticos

En 1936 la amfetamina se ofrecía para mantener despiertos a pacientes tratados con sedantes, más adelante se recomienda contra el catarro y congestiones nasales, contra el mareo y contra la depresión. En 1970 Smith Kline & French  asegura que «el efecto estimulante de la Dexedrina ayuda a recuperar el optimismo y la agudeza mental induciendo una sensación de energía y bienestar, y normaliza el interés, capacidad y actividad para el trabajo.» (3) En la actualidad se utiliza bajo control médico para tratar los rarísimos casos de narcolepsia (ataques intermitentes de sueño profundo), daño cerebral mínimo en los niños, depresión mental y obesidad patológica.

Dosificación

Las dosis leves van de sulfato de amfetamina y dextroamfetamina van de 10 a 30 mg; las medias de 40 a 60 mg; y las altas de 70 a 90 mg. Dosis mayores a los 100 mg en sujetos sin tolerancia podrían resultar fatales.

Efectos psicológicos y fisiológicos

Sus efectos subjetivos son parecidos a los de la cocaína, aunque muchos conocedores señalan que son más perceptible e intensos. Jerome H. Jaffe asegura que en pruebas de laboratorio, los sujetos familiarizados con la cocaína no pueden distinguir entre los efectos subjetivos de 16 mg de cocaína y los producidos por 10 mg de dextroamfetamina cuando ambas se administran por vía intravenosa. No obstante, se dan cuenta después porque la duración de los efectos de la cocaína es bastante breve; tiene una vida media de sólo 50 minutos, mientras que la vida media de la amfetamina es de alrededor de 10 horas y la de la metamfetamina es de cerca de 5 horas. (8)
En general, se sabe que las amfetaminas aumenta el estado de alerta y la iniciativa, hay falta se sueño, disminuye la sensación de fatiga, mejora el ánimo, la confianza y la habilidad para concentrarse. Suele haber euforia y verborrea. También se incrementa la capacidad física en dosis bajas o medias; las altas pueden provocar efectos opuestos, depresión mental y fatiga. A partir de pruebas psicométricas se ha demostrado que dosis bajas de amfetamina aumentan el coeficiente de inteligencia en una proporción media de ocho puntos. (4)
A nivel físico, las dosis bajas provocan aumento en la actividad espontánea, intranquilidad, agitación, estimulación del centro respiratorio, resequedad bucal, sabor metálico, pérdida de apetito, aceleración del ritmo cardiaco, elevación de la presión sanguínea y dilatación de pupilas. Dosis altas pueden producir náuseas, sudoración, dolores de cabeza y visión borrosa. Aceleran y descincronizan el electroencefalograma; aumentan la incidencia de ondas de alta frecuencia y reducen la amplitud y duración de las ondas delta que se presentan después de un periodo prolongado de insomnio.
El uso prolongado de anfetamina puede ocasionar anorexia, desnutrición, problemas cardiacos y pulmonares, así como serios problemas renales y hepáticos. También se le atribuye la llamada psicosis anfetamínica que conduce a la comisión de actos irracionales y de violencia repentina acompañados de paranoia y delirios.

Potencial de dependencia

La tolerancia es muy alta y se desarrolla con excepcional rapidez. Habiendo iniciado con dosis terapéuticas de 10 a 30 mg, después de tres o cuatro semanas los usuarios regulares pueden necesitar hasta 500 mg para experimentar los mismos efectos; cantidad que afecta gravemente a personas sin hábito. Aunque no causa dependencia física en sentido estricto, el potencial de dependencia psicológica es bastante alto. El síndrome de abstinencia puede durar algunas semanas. Se manifiesta por ansiedad, fatiga, alteraciones de sueño, irritabilidad, hambre intensa y depresión severa, síntomas que pueden durar hasta un mes.

¿Qué hacer en caso de emergencia?

Los consumidores neófitos tienen mayores posibilidades de presentar una intoxicación que se manifiesta por enrojecimiento facial, temblores, pérdida de la coordinación, confusión, irritabilidad, agresividad, alucinaciones, dolor torácico, hipotensión y arritmias cardiacas. En casos graves pueden sobrevenir convulsiones, coma y falla respiratoria.
Se recomienda administrar leche o carbón activado para demorar la absorción, provocar el vómito si la persona está consciente y administrar respiración artificial en caso de ser necesario. Aunque la sed sea intensa, se debe limitar la ingestión de agua debido al riesgo de edema pulmonar. Cualquier sospeche de sobredosis debe considerarse como urgencia médica ya que las alteraciones cardiacas pueden alcanzar niveles peligrosos. Los médicos tratan los efectos de la intoxicación con haloperidol (Haldol® o Haloperil®), clorpromazina (Largactil®) o diacepam (Valium®) en combinación con compresas de hielo para bajar la temperatura y otros medios controlar las convulsiones.

HEROÍNA

La heroína es una droga derivada de la planta amapola y pertenece a una clase de drogas denominada “opiáceos”. En el siglo XIX los opiáceos eran remedios populares. Se usaban para calmar afecciones y dolores de diferente tipo y se podían comprar sin prescripción médica en muchos comercios de EEUU y Europa.

Algunos opiáceos son naturales (morfina, opio y codeína) y otros son sintéticos, es decir, elaborados en el laboratorio a partir de la amapola (demerol, metadona, etc.).
La heroína es un opiáceo semi – sintético: es producida a partir de la morfina a través de un proceso químico y es aproximadamente 3 veces más fuerte que ésta.
Cuando se consume por vía intravenosa, esta sustancia de gran potencia alcanza rápidamente el cerebro y produce un “flash” o “hit”, como se le llama habitualmente a su efecto inmediato.

La heroína puede presentarse en forma de polvo blanco o como una pasta o goma marrón (dependiendo de la procedencia y del proceso de elaboración que haya tenido).

La heroína marrón debe ser disuelta con un ácido como la vitamina C antes de ser inyectada. Esta es además mejor variedad para ser fumada.

La heroína que se vende en la calle por lo general no es heroína pura sino que está cortada con otras sustancias (esto también pasa con la cocaína). La heroína pura se «corta» así con otros opiáceos sintéticos, lo cual puede generar complicaciones a quien la consume, porque seguramente el usuario no va a tener el efecto que está buscando a la vez que se va a colocar en una situación de mayor riesgo de sobredosis y otras reacciones adversas.

¿Cómo se consume?

La heroína puede fumarse, inyectarse o inhalarse. Las dos primeras vías de administración son las de acceso más rápido al cerebro y por lo tanto las que producen efectos en menor tiempo.

Cuando se fuma («chinos”), la heroína es calentada sobre un papel de aluminio y con ayuda de algún instrumento se inhalan sus vapores por la nariz o la boca.

La vía intravenosa es por lejos la forma más riesgosa de consumir heroína ya que entraña un riesgo elevado de sobredosis dado que la totalidad de la sustancia entra en el flujo sanguíneo de una sola vez. El jalado es por la misma razón más riesgoso que el fumado.

La mayoría de los riesgos de la vía intravenosa desaparecen si la heroína es fumada o aspirada aunque estos métodos puede causar problemas para aquellas personas que sufren de asma, neumonía u otros problemas respiratorios.

La heroína puede ser inyectada directamente a través de las venas, indirectamente a través de los músculos, o en forma de inyección subcutánea. Cada uno de estos métodos tiene sus propios riesgos. Más adelante te los explicaremos detalladamente.

¿Cuáles son los efectos?

Los efectos de la heroína (y de todas las drogas, tanto legales como ilegales) dependen de diferentes factores como ser :
• las características de la sustancia y la forma en que la consumas
• tus características personales: personalidad, peso, edad, estado de salud y de ánimo, así como tu experiencia pasada como consumidor de la droga en cuestión
• las circunstancias en las cuales consumís la droga: (compañía, lugar, legalidad)
Puedes encontrar más información en el “Modelo Interactivo”
La heroína, al igual que todos los opiáceos, es un potente analgésico que hace que el usuario tenga menos conciencia y pueda tolerar mejor los dolores y afecciones físicas y emocionales. Así, a altas dosis produce una importante sedación.

Por otra parte, puede producir sentimientos de calidez, euforia, placer y bienestar. No obstante hay que tener en cuenta que no todas las personas que usan heroína experimentan estos efectos en todo momento. Como dijimos, siempre, sea cual sea la droga que uses, legal o ilegal, la experiencia es única, irrepetible y diferente para cada usuario.

Como efectos desagradables que a veces puede generar el consumo de heroína podríamos mencionar: estreñimiento, nauseas, respiración enlentecida, disminución del deseo sexual. Por otra parte, las mujeres pueden experimentar períodos irregulares o incluso dejar de tenerlos.

¿Qué riesgos puede tener el consumo de heroína.?

Uno de los riesgos que entraña el consumo de heroína es que su uso regular (así como el uso regular de cualquier opiáceo) tiene altas probabilidades de generar tolerancia y por lo tanto dependencia física , y sindrome de abstinencia ante la interrupción del consumo.

No obstante y contrariamente a la creencia popular, el uso de heroína pura no causa por si mismo daños serios a largo plazo para la salud del usuario. Lo que sí pone al usuario en situaciones de riesgo son las prácticas de inyección y el hecho de no conocer el corte de lo que se está consumiendo. Estos elementos acarrean generalmente importantes riesgos para la salud, tanto en el corto como en el largo plazo.
La inyección de heroína directamente en las venas es el método que acarrea mas riesgos para la salud del usuario. Si son compartidas agujas, jeringas, algodones, filtros, cocinadores o cucharas infectadas existe una alta probabilidad de que a través del contacto sanguíneo se transmitan virus e infecciones como el HIV y la Hepatitis B y C . Pueden ocurrir asimismo infecciones bacteriales y contaminación de la sangre si ingresan bacterias a través de la inyección o “tiro”. Se pueden generar también daños a la piel y los músculos como absesos, celulitis y otras lastimaduras relacionadas con las prácticas de inyección. Como consecuencia del uso repetido pueden colapsar también las venas y quedar inutilizables para futuras inyecciones.

Otro de los riesgos asociados a las prácticas de inyección es que el inyectarse accidentalmente en un nervio puede producir parálisis, y el inyectarse en una arteria puede provocar importantes pérdidas de sangre.
Por último, es necesario tener en cuenta que uno de los riesgos más importantes del consumo de heroína para la salud es la sobredosis. Cuando una persona consume una dosis importante de heroína su sistema respiratorio puede deprimirse al grado de generar un paro respiratorio, por lo cual aquellas personas con problemas respiratorios deben ser muy cuidadosas y evitar, en lo posible su consumo.
A continuación te proporcionamos un cuadro comparativo donde podés encontrar signos que te ayudan a distinguir cuando estás frente a una intoxicación aguda de heroína y cuando estás frente a un síndrome de abstinencia. El manejar esta información te puede orientar acerca de cómo actuar en caso de que esto le ocurra a algún amigo, amiga o conocido.

INTOXICACIONABSTINENCIA LEVE A MODERADA
SedaciónOjos llorosos, goteo nasal
PicazónSudoración
Baja presión arterialInsomnio
Pulso enlentecidoDilatación de las pupilas
 Anorexia/náuseas
 Debilidad, Fatiga
 Dolores musculares
 Cambios en la temperatura corporal
 Deseos imperiosos de consumir la sustancia

Si eres  mujer y estás embarazada …

Si eres mujer y estás embarazada, debes tener en cuenta que los riesgos que acabamos de mencionar pueden afectar directamente a tu bebe. La posibilidad de que te contagies de VIH o hepatitis y transmitas esto a tu bebé debería ser una importante razón para evitar el consumo de esta droga por vía intravenosa.
Sugerencias para reducir los riesgos y daños asociados al consumo de heroína por vía intravenosa

Si decidiste consumir heroína, tené en cuenta lo siguiente:

  • Si vas a consumir heroína, es preferible que fumes un chino en vez de inyectarte, o bien, que la consumas en forma de cigarrillo, mezclada con tabaco. También la podés jalar (solo algunas variedades), pero si vas a consumir, fumarte un chino es la mejor manera de consumir heroína, porque además provoca efectos intensos e inmediatos.
  • Si a pesar de los riesgos que entrañan las prácticas de inyección, no estás dispuesto a dejar de inyectarte heroína, podés reducir el riesgo de contraer infecciones muy graves como la hepatitis y el HIV- SIDA, haciendo lo siguiente:
  • USA TU PROPIO EQUIPO PARA INYECTARTE. No compartas la jeringa, las agujas ni el resto de los materiales de inyección.
  • NO TE INYECTES EN EL CUELLO, INGLE 0 RIÑON.  Cambiá las zonas de inyección para evitar machacar tus venas excesivamente, para evitar abscesos e hinchazones, pero no te pinches en las zonas que te hemos indicado porque puede ser peligroso.
  • NO TE PRECIPITES AL INYECTARTE.  Buscá un lugar tranquilo y sin prisas. Asegurate de que te inyectas toda la droga en la vena y no en tejidos de alrededor, ya que pueden inflamarse y ulcerarse.
  • COMPRA  JERINGAS DESECHABLES Y USALAS UNA SOLA VEZ. Son muy baratas y pueden llegar a evitar que te contagies VIH.
  • USA CREMAS CURATIVAS PARA TU PIEL. Pueden ayudarte a reducir hinchazones en las venas, dolor, marcas de los pinchazos y ayudarte a  proteger la piel.
  • NO MEZCLES HEROÍNA Y COCAÍNA. La mezcla de heroína y cocaína es peligrosa para tu cuerpo, pero si aún así decidís mezclarlas, inyectate una primero y la otra después.  Si  las preparás para inyectártelas a la vez, el líquido se puede solidificar cuando la cocaína en suspensión se calienta y la solución de heroína se enfría.
  • USA ALGODÓN CON ALCOHOL PARA FRICCIONAR LA PIEL ANTES Y DESPUÉS DE PINCHARTE.
  • PARA EVITAR UNA SOBREDOSIS (hipertexto a “Sobredosis”) es conveniente hacer siempre un pinchazo de testeo con una pequeña cantidad para conocer la pureza de la sustancia que estás consumiendo. Acordate de  que las probabilidades de tener una sobredosis aumentarán si mezclás heroína con otras drogas que depriman el sistema nervioso central como el alcohol y las benzodiazepinas (valium, ativan).
  • SI VAS A CONSUMIR, NO LO HAGAS SOLO, HACELO SIEMPRE EN COMPAÑÍA DE ALGUIEN DE TU CONFIANZA. Esto te puede ser de gran utilidad frente a cualquier situación de emergencia

Acordate de que es conveniente adquirir una jeringa nueva cada vez que te vayas a inyectar. Pero si decidís pincharte con el mismo «equipo», tené en cuenta los siguientes consejos:

  • USA HIPOCLORITO.  Meté el equipo completo en agua con un buen chorro de hipoclorito durante más de una hora después de pincharte.
  • USA  ALGÚN ÁCIDO (LIMÓN 0 VINAGRE).  Si no tenés hipoclorito, meté el equipo en agua con jugo de limón o vinagre más de una hora antes y después de pincharte.
  • FLAMBEA LA AGUJA.  Calentá la aguja con el mechero antes de pincharte.
  • LIMPIA CON AGUA Y JABON.  Si no tienes nada de lo anterior, al menos limpiá muchas veces lo mejor posible la jeringa con agua y jabón.

Recuerda de que ninguna de estas medidas garantiza la prevención del contagio de  enfermedades como la hepatitis o  el VIH.  Para eso, como ya dijimos, lo mejor es no compartir el equipo de inyección y adquirir agujas y jeringas nuevas cada vez.

MORFINA

La morfina es un alcaloide fenantreno del opio siendo preparado el sulfato por neutralización con ácido sulfúrico. La morfina, es una sustancia controlada, opioide agonista utilizada en premedicación, anestesia, analgesia, tratamiento del dolor asociado a la isquemia miocárdica y para la disnea asociada al fracaso ventricular izquierdo agudo y edema pulmonar.

Historia

En 1806, el joven farmacéutico alemán Frederick Sertürner redujo el opio a una solución en ácido mecónico que neutralizó con amoníaco. Al alcaloide obtenido lo llamó Principium somniferum opii, por sus virtudes narcóticas, y posteriormente Morphium, en honor a Morfeo, el dios griego del sueño.

Su uso se extendió a partir de 1850 y llegó a estar de moda en la segunda mitad del siglo XIX.

Actualmente, la morfina es objeto de una producción legal y una ilícita, y su uso terapéutico sigue vigente, aunque muy controlado y regulado por prescripción médica con receta cheque.

Composición

Durante el primer tratamiento, el opio se transforma en una «base técnica», de color moreno, conteniendo más o menos 60% de morfina. La segunda operación eleva el porcentaje a 93 o 94% y permite obtener la «morfina base» de color blanco.

Posteriormente puede realizarse una clorhidratación que aumenta el peso entre un 10 y un 15%, dando por resultado el clorhidrato de morfina, que es un polvo blanco muy fino, inodoro, de sabor amargo y soluble en 100 partes de agua fría o 40 partes de alcohol.

Indicaciones

La morfina se emplea legalmente con fines medicinales:

Como analgésico en hospitales para tratar dolencias:


Como analgésico para tratar dolencias crónicas, por ejemplo:

  • Cáncer.
  • Dolor producido por cálculo renal.
  • Dolor de espaldas severo.
  • Como anestesia general.
  • Como anestesia epidural.
  • Para cuidados paliativos.
  • Antitusivo para tos severa.
  • Como nebulizaciones, para tratar la disnea. Aunque la evidencia a favor es poca y hay mayor evidencia por otros métodos.
  • Antidiarreico en situaciones crónicas (por ejemplo, diarrea asociada al SIDA). Aunque la loperamida (un opioide que no se absorbe y actúa sólo en el intestino) se emplea con mayor frecuencia.

Dosificación

Su dosis de empleo terapéutico oscila entre los 8 y los 15 mg. En caso de infarto o edema pulmonar se administran de 2 a 6 mg lentamente por vía intravenosa en 5 ml de solución salina. Para empleos lúdicos suelen utilizarse dosis similares o mayores a las terapéuticas recomendadas para el dolor grave: entre 15 y 20 mg. La dosis letal para un consumidor sin tolerancia se calcula alrededor de los 2 g.

Efectos

  • La primera inyección provoca nauseas y vértigo, pero la costumbre a su uso se adquiere pronto.
  • Es analgésico y calmante.
  • Produce sensación de bienestar.
  • Euforia.
  • Pasividad.
  • Torpeza.
  • Depresivo respiratorio.
  • Contracción de pupilas.
  • Presión intracraneal.
  • Vómitos.
  • Estreñimiento.
  • Insensibilidad al dolor.

Efectos a largo plazo

  • Trastornos de humor.
  • Dependencia física.
  • Dependencia síquica.
  • Fuerte tolerancia.
  • Somnolencia.
  • Apatía.
  • Disminución de la presión arterial.
  • Retención urinaria.
  • Disminución de la capacidad sexual.

Una fuerte dosis puede provocar paro respiratorio.

Vías de administración

La morfina puede utilizarse por vía oral, intramuscular, intravenosa, subcutanea, rectal o como analgésico intratecal o epidural. Las dosis deben ser individualizadas tomando en cuenta la edad, peso, estado físico, medicaciones, patología asociada, tipo de anestesia utilizado, y procedimiento quirúrgico.

Contraindicaciones

La morfina está contraindicada en pacientes con hipersensibilidad a la droga, en pacientes con depresión respiratoria en ausencia de equipo de resucitación y en pacientes con asma agudo o severo. La respuesta anafiláctica a la morfina es rara. Más normalmente se ve una liberación de histamina por los mastocitos.

Reacciones adversas